MOMO o la puerta de la imaginación

Momo es un libro escrito por Michael Ende, es un libro  al que le guardo un lugar especial en mi corazón, cada que veo su portada llegan a mi sentimientos de felicidad porque fue el primero que leí completo y me creo esa curiosidad que todo ser humano debería de explotar, la de leer...

Lo cierto es que yo no era una niña cuando lo leí, era una adolescente hecha y derecha de 13 años que estuvo leyendo un libro para niños, eso me causaba un poco de pena hace algún tiempo porque mi iniciación en la lectura no fue como muchos, porque mi padre o mi madre leyeran o que en la escuela un maestro me incitara, la mía fue simple casualidad.

Todo comenzó cuando pase a un  lado de la cama de mi hermana pequeña, a la que le encargaron el libro  y me llamó la atención la portada, en ella había una niña viendo la ciudad, estaba de espaldas, los colores eran melón y negro;  lo abrí y leí las primeras líneas, y de allí otras, y otras,  hasta terminarlo. 

A veces me pregunto qué hubiera sido de mi vida sino me hubiera topado con el, quizás mi pasatiempo sería ver la televisión o quizás sería vagabundear por la calles, no lo sé, el punto es que hasta ahora puedo explicar con detalles esa sensación que me causo. La sensación de saber más, ¿Qué pasaba con Momo?, ¿Los hombres grises se robarían todo el tiempo?, ¿Momo lograría detenerlos y llegar al manantial del tiempo?, ¿Por qué los adultos querían ahorrar tiempo? Ojalá se fueran los hombres grises roba tiempo... son esas pequeñas preguntas que me hice a mi misma e hicieron que continuara leyendo.

La imaginación una vez que se enciende no puede parar, no pude parar de leer, cada palabra, cada hoja, cada libro debía devorarlo, fue el inicio de algo maravilloso, gracias Momo.











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